
Reynaldo Pérez Só
Un manejo del lenguaje casi lindante con lo cotidiano atrapa y frecuenta al lector de este libro de poemas. En un medio como el nuestro donde la palabra estalla y se recarga, a veces, de los fuegos fatuos de la imaginación, resulta audaz, penetrante y terrible la brevedad de estos textos. De ellos se desprende el conocimiento interior que anonada y cuestiona toda posible huida fuera de nosotros mismos. El inventario o la experiencia trasmitida es hecho real, concreto, de la cuestión de vivir. Y como resulta que el vivir está sometido a difíciles visitaciones extrañas, el poeta –en este caso Reynaldo Pérez– descubre con un poder casi sobrecogedor que las preguntas del hombre se hacen siempre relacionadas con sucesos –o no sucesos– de otras memorias desaparecidad "¿qué haremos con tantos / muertos / arrinconados sobre las sillas?".
Para morirnos de otro sueño relata, entonces, el increíble esfuerzo por llegar al territorio de lo vedado. Ya eso es definitivamente humano. Corresponde a una categoría especial del sufrimiento, lo cual no impide jamás a sensción de todavía caminar y estar pendiente del mundo "broto sobre la tierra y / temo / el viento y la lluvia / pasa / noo perdura / mi alma / ella vuela como un perfume / ligero".
Tomado de la contraportada del ejemplar transcrito
***
1
hay lugares
que se prolongan
donde nuestros cuerpos
pesado se inclinan
y
una gran caísa
nos estremece.
4
sé que soy la causa
de algún mal
nada encuentran
sino este ser que calla
y que nada sabe
como el viento
5
no debemos mirarnos
si nos sentimos abajo
en el fondo
allá hundidos donde los caballos
son de yeso
las viejas casas derrumbadas
la muerte no debe
ser ese caballo blanco
que nos sigue.
8
no me importo
porque yo no soy
un hecho de importania
como mi padre
o
como mi madre
ellos eran diferentes
o el pedazo de tierra
tras la casa
eso era más importante.
16
no fue mi abuela
la que me enseñó los rezos
ella era diferente
quise que me llevara a dios
y ella se escondía
en la cocina
adentro
dándolme higos
vieja
sus ojos azules
agachados.
21
el hombre no se parece a la lluvia
el hombre camina
piensa
y se multiplica
la lluvia
vive arriba
y baja y se retorna
nosotros hablamos y morimos
la lluvia es otra cosa.
24
pedí
paz
pedí
amor
sólo he traído una canasta
de sustos.
27
cuando busques el tiempo
mira por la ventana
las palmeras que se inclinan
algunas nubes
y tú
a lo lejos.
Autor: Reynaldo Pérez Só (1945)
Título: Para morirnos de otro sueño
Editorial: Monte Ávila Editores (Caracas)
Fecha publicación: 23 de agosto de 1971 (1ª edición)
Transcripción: Juan Pablo López Gómez