César Chirinos (1928), el más importante de los narradores zulianos surgidos en los últimos años, comenzó a escribir cuentos cuando todavía se desempeñaba como obrero al servicio de la Universidad del Zulia. Tras haber publicado sus primeros relatos, donde contaba su experiencia de habitante de los barrios de Maracaibo, Chirinos comenzó a redactar laboriosamente esta novela que por su extensión y sus características puede ser tomada como una gran crónica sobre el lumpen y la marginalidad social en Maracaibo. Las novelas de Chirinos (publicó en 1974 “Diccionario de los hijos de Papá”, y mantiene inédita otra con el título de “La bicicleta de Tancredo”, 1971), dan la impresión de ser extensos capítulos de esa crónica ininterrumpida que él somete a una reelaboración constante, de un texto a otro, obsedido por la idea de que la forma de contar termina por independizarse de aquello que se cuenta para convertirse en objeto de la poesía. Chirinos ha confesado que los personajes de sus obras actúan como voces inmensas en una trama que deviene extenso y moroso monólogo; a lo largo de éste se manejan los más insólitos sucesos y anécdotas que, inspirados en la vida real, son transmutados a una escritura incisiva y minuciosa, aparentemente de difícil acceso a la lectura y que resulta casi tan esotérica como ese lenguaje figurado que, desarrollándose entre le humor y la fantasía, Chirinos toma ciertamente del habla de la gente maracucha.
Juan Calzadilla
Tomado del prólogo de la edición transcrita. Negrilla nuestra
***
Casa de turno para pagar las culpas. Las responsabilidades manufacturadas en equipo. 740 nos hablamos en contra (bien y mal). ¡Buenos días! ¿Todavía no se ha muerto, don Galindo? Usted sí tiene suerte. Nos robamos las gallinas y nos la vendemos. Las mujeres son de 4ta. y 5ta. mano. Vecinos normales, nos apadrinamos los hijos. Todos tenemos matas de hicacos, caujiles y mangos. Todos jugamos el dieciséis. 520 queman la basura los viernes. Igualmente a ese viernes le hemos puesto Popular. Todavía no nos prestamos los haticos pero lo estamos trabajando. 220 duermen. Ronquidos cruzados. 500 mocosos. Todos menores de edad. 350 pantalones. A lo mejor 20 más, aunque yo particularmente no lo creo. 100 andan desnudos (tampoco lo creo) ya que, por referencias, hay zonas desnudándose totalmente. Y como que no les nace el sol, más bien les pule los cueros de un color ladrillo. 450 están en segundo grado desde hace seis años. Si uno tose, la última mediagua subiendo, así como el último hatico bajando se desgañitan también. La misma cajita verde que dice vic vaporub en letras azules. Cuando repique el reloj a las 4 de la mañana, se diría que 740 relojes replicarían, mas eso sería el colmo, pero los 6 que hay alcanzan y sobran para que los 500 mocosos lombriceros tomen a su hora la píldora coricidin con guarapo de limón o malagueta (recomendación standard del bachiller Mendieta) si es que los muchachos están que no pueden de los huesos, tienen escozor en la garganta o respiran trabajosamente. Semanalmente se gastan 47 litros de aceite ricino o del laxol y 26 kilos de caramelos de coco. De como un hijo nuestro se queda con un sábado antes que con un lunes, así pase más tiempo en la letrina que cazando chiritas y persiguiendo relojeras. Hasta el día de hoy llevamos 47 firmas para que nos tiren el asfalto. 97 aptos para votar están aprendiendo a poner su nombre para llegar a 144, mínimo requerido. Ah, y los aptos para el servicio militar obligatorio que una vez estén en servicio mandarán su rúbrica con quienesquiera amigos suyos. De esos 740 los pagan cuota de un bolívar a la Westinghouse por nevera, pero los 740 congelamos los pichones en ellas y hacemos politos de mango, más los teteros de nenerina. 95% nos acostamos sin dientes y 3% nos los ponemos cuando amanece. ¡Dios, casi un 100% usa jabón Neko! Es más caro pero así somos nosotros; fue el que conocimos y conocido está; porque de todo tendremos menos que seamos unos ingratos. Quedamos en lo que estamos. Somos cualquier clase-raza-casta-clan o estamos metidos en ella. Sabemos lo que queremos. Más bien creo que nos tardamos mucho y por eso parece como si no lo quisiéramos. Lo hacemos vida orgánica y al balancearnos no se nota casi. Y si no se nota no importa. Y si fuera lo contrario tampoco importa. Pero funcionamos. ¿Barrio? ¿Con la consonante muda, como dicen? ¿O intercalada? ¿Ciega y sorda? Ja. Ja. Ja. En fin, municipio, distrito, estado y el total: país. Pero no tenemos bandera ni escudo ni himno. No llegan los calé como las gaseosas. A ello se debe que los hablas sean como la edad de las moscas. Cotusí-Cotunó lo aprendimos y lo dejamos todo en 15 días.
Páginas 7, 8 y 9
Autor: José Ramón Silva Chirinos, “César Chirinos” (1935)
Título: Buchiplumas
Editorial: Monte Ávila Editores (Caracas)
Editorial: Monte Ávila Editores (Caracas)
Colección: Donaire
Fecha publicación: 02 de diciembre de 1975 (1ª edición)
Transcripción: Juan Pablo López Gómez
Fecha publicación: 02 de diciembre de 1975 (1ª edición)
Transcripción: Juan Pablo López Gómez
***
En Literarias de Lujo, nuestra newsletter semanal, profundizamos sobre libros como este contando su vida a través de 4 momentos estelares. Reciba contenido como ese y otras de nuestras selectas notificaciones en su bandeja de correo.
Experiencia literaria de lujo